
El presidente del bloque se apresuró en contarme que había un incendio en la primera planta. Qué no sabían las dimensiones y que desconocían el estado de las personas que allí vivían. Qué él, había sido quien dio la orden de no moverse nadie del descanso. Y qué por eso, estaban todos esperando nuevas coordenadas, según él, yo, debía hacer igual. Erraba.
Para su suerte y la de los demás, incluido, el chulo piscinas del segundo A que intentaba, en esas circunstancias, ligar con la vecina casada del quinto C. Nunca, he sido de creer o someterme sólo, para no tener que pensar. Seguramente por eso y porqué la muerte no la avisto con miedo, no creo en dios. A ellos, los tuve que salvar yo. Por dios, aún estarían asándose en ese rellano.
3 comentarios:
Mi papa tampoco...
Me horroriza la idea de lo que mueve (económicamente) una visita de este hombrecillo de película de terror!
No tan solo económicamente, mueve pensamientos y eso, es más peligroso.
Un saludo Pequeña.
Hola Jou, un placer regresar a tu casa, vengo para quedarme, dónde mejor..? gracias por tus bellas palabras, pasa buen día, gracias, besos.
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