domingo, 27 de noviembre de 2011

Ítaca.



Se fragmenta el aire endeble
en rotos trozos de purpurina.
Color oro; cristales de plebe.

Y es desechado al igual que la orina,
 a ningún lugar convencional,
a ninguna vitrina, a ninguna comida.

Cae hasta lograr un suelo ocasional
entre tu huida y mi espera eterna.
Por culpa de este aparato disfuncional.

Yerro infinidad de veces con consecuencia.
De hierro parece tu corazón.
Yerro, con inmensidad y sin paciencia.

Entretanto, tú, sólo atiendes al lado de la razón
Donde yo nunca habité y siempre evité;
Compartir sol y sombra, luz y cerrazón.

Por eso hoy, que vomito palabras permite:
Que escupa todas mis tripas.
Y mis entrañas, dañadas, espute.

No, no digas, eso que siempre opinas,
En todo los domingos y con todos los pecados.
Adiós. Empiezo a andar; mi viaje a Ítaca. 

5 comentarios:

Gala dijo...

Pues si has decidido emprender tu viaje a Ítaca, no corras... como dice Serrat, ojala el camino sea largo y enriquecedor...
Errar puede ser enriquecedor.. de eso se trata, eso contiene el camino.. luchar por los sueños no está exento de tropiezos... pero ahi está Ítaca... al final del camino..

Precioso.

Besos mediterráneos.

PD:me entraron de repente unas ganas irrefrenables de escuchar a Serrat, y el canto de las ballenas... voy volando..

Jou McQueen dijo...

Gala: Es eso, camino. No más.
No quiero ser tocapelotas, pero la canción es de LLach. Sin embargo me alegra que te entraran ganas de escuchar a Serrat.

Un saludo.

Jou McQueen dijo...

PD:
Gala: Un lapsus lo tiene cualquiera.

Dany dijo...

Siempre hay que tener un plan B. Un camino que seguir. Un lugar para llegar. Sobre todo cuando el lado de la razón no lo frecuentamos. Abrazo!!

Jou McQueen dijo...

Dany: Totalmente de acuerdo!

Un saludo.