miércoles, 25 de enero de 2012

Soñar.

A menudo, sueño, que durante el trayecto matutino hasta el trabajo, sin saber por qué, vuelvo una y otra vez a la salida del parking. Hasta que en la octava o novena ocasión, al abrir la puerta, ya es de día. Hago, en todas, la misma parte de trayecto y en un punto exacto retorno, regresando por un túnel luminoso, hasta el punto de inicio.  En cada intento al ver que no consigo llegar al trabajo, los nervios, se van apoderando de mí un poco más. Pero por otro lado, no intento cambiar nunca la ruta ni de velocidad, es, perpetuamente, todo igual. Me resigno a esperar que se haga de día, porqué sé, que en ese preciso momento, logro llegar. Sin embargo, en el instante de aparcar el auto en el mismo emplazamiento de siempre, se desvanece el sueño, en su totalidad, como lo hace el amor con el desengaño y puedo, al fin, descansar.
Después, al levantarme, recuerdo lo soñado mientras voy hacía el trabajo, de noche aún, a oscuras y al pasar por el lugar donde en el sueño retrocedo, me doy cuenta, que asiduamente, la vida no es lo que soñamos.   

3 comentarios:

En mi propia tinta dijo...

la vida no es lo que soñamos ni soñada.Despierta muchacho!
besos

Yoni Bigud dijo...

Pruebe, por una vez, un retroceso en esa realidad. Quizás lo lleve a una nueva, distinta, mejor o peor. Y puede también que empiece a soñar otras cosas.

Un saludo.

Jou McQueen dijo...

Loba: Así, por qué sirve soñar?

Un saludo.

Yoni: Pero desconozco como hacerlo para volver por el tubo de luz.

Un saludo.