Nacimos en la concavidad,
de un tiempo que moría y otro,
que nos obligaba a avanzar.
Crecimos sin reclamar lo más vano,
habitando lo deshabitado,
con formación y un mañana necio.
Estamos en el desierto del desocupado,
Sin mover un solo dedo por el duelo,
de lo trivial y vemos, el futuro estancado.
Somos hijos de un tiempo incierto,
pero de un por venir nuestro,
donde tenemos que revindicar,
requerir y reclamar, para poderlo gobernar.
2 comentarios:
Puede que lo sean en verdad. Cada tanto el sistema "quema" alguna generación que paga los platos rotos por el despilfarro y la corrupción de las anteriores. Ahora es el momento de salir del agujero. El tiempo lo reclama. Un abrazo!
Sí Dany. Puede, que seamos esa generación de la que hablas. Nos debemos, hacer algo.
Un saludo.
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