Como la noche sin el día. O como el día sin la noche. Perdí el instinto de llorar y con él, se me fue la alegría. No recuerdo mi última lágrima derramada. Ni mí postrera sonrisa regalada. Como el amor sin el dolor. O el dolor sin amor. Malgasté el tiempo del querer cuando coexistía con el poder. Y ahora, que quiero querer, no puedo poder. Merezco lo perdido. Y pierdo lo merecido. Junto al tiempo me pudro, como se pudre una manzana. Marchitamiento maldito, de años y daños, de piel; ajar. Queja absurda, burda queja, infructuosa queja, queja baldía. Muere amor, vive dolor, sin alegría ni llanto. ¿Merezco eso? o ¿Eso merezco? Pájaro sin buenas alas, sin vuelo, sin vida; Gallina.
4 comentarios:
¿Gallina de huevos de oro?
Porqué no...
Un saludo.
pero que bien que hace llorar! sino, se nos llena de humedad las paredes interiores.
bla bla, arquitecta emocional.
muas
Lilus, no es por ser grosero; pero alego que tengo un sistema de vaciamiento muy funcional. Una manguera como la de los bomberos, jajajaja.
Un saludo.
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