miércoles, 10 de noviembre de 2010

Viejo.

Te vas dando cuenta que te haces mayor porqué ves, que la gente que gobernaba tu vida se va muriendo. Pierdes las brújulas que te ayudan en el camino y debes, empezar a tomar tú las decisiones, en demasiadas ocasiones; erróneas.
Comienzas a dar consejos, a predicar con lo que antes de joven, no hacías: No vuelvas tardé, no corras…  Las canas empiezan a invadir el pelo moreno, ganándole terreno sin piedad, peor aún si lo pierdes. El cofre de los recuerdos se llena aún siendo infinito. Y cada vez te ríes menos, o no. La vejez asoma al final de la calle y llegará, si no la atropellan a ella, o a nosotros. Por eso debemos saborear cada segundo, porqué como aquél bonito primer amor, se irá para no volver.
En el camino de la vida, me gustaría hacerme una casita, para vivir el ahora siempre, pero al final, que aburrido sería. No ver como aprende todos lo días, como me empuja hacía delante, con fuerza y empeño. Como cambia y evoluciona. Dejándome a mí como el radio; anticuado. Y lo íntimo va quedando cada vez más, en uno mismo.     

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