Un amigo que había vuelto de unos años trabajando en el
extranjero, me comentaba, que nunca se sintió tan solo como cuando llegó a es
país lejano en donde no conocía nada, ni nadie. Sabía, que él, era un hombre
educado, un poco tímido, honrado, para nada complicado y fácil de tratar. Por
eso, le confesé, que la auténtica soledad, esa que es aislamiento, desamparo,
falta de compañía, la viví cuando por desgracia, me hicieron en contra mi
voluntad, soldado. Y caí preso en el bando contrario, con hombres que no parecían humanos, después que ha mí pesar me embarcaran en una guerra que nos llevaba de lo malo a
lo peor dándonos un fusil y unas botas. Tirándonos al barro de las trincheras,
debajo la lluvia incesante y ese frío, que helaba el corazón, acompañado por
unos lobos sedientos de sangre y poco más.
4 comentarios:
Cada uno puede sentir la soledad de modo distinto.
Lo peor es cuando la sientes dentro de ti de modo desgarrador, y sin embargo estás rodeado de gente.
Un buen texto...
voy por el otro que no me dio tiempo de leerlo.
Besos mediterráneos.
Gala: Gracias, tienes, una vez más, toda la razón.
Un saludo.
La soledad de la mala compañía, que gran título, que gran frase!
Beso Jou.
Sí, a menudo así es. Ya tienes a la visitante por aquí??
Un saludo.
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