jueves, 27 de enero de 2011

"La talla 38, me aprieta el...


“¡La talla 38, me aprieta el choco!” ¡Qué eslogan! Si no fuera, porqué la talla 38 es la mayor que podemos encontrar en la tienda. En la disposición del aparador hay la chica mala apoyada en la pared, con menos intensidad de luz, al lado izquierdo, no sé si será por alguna razón. En el centro: El chico pijo y viajero que se fija en ella. Y un par de señoritas más, de largas piernas y estrecha cintura, mostrándose a los transeúntes, con unos bolsos a mi entender, realmente horrorosos, la de más a la derecha con camisa blanca, pantalones azul y americana. Adornados, con pelucas qué no pegan con la tonalidad gris de sus pieles de cartón piedra. Todos y como no, sería de los más curioso si no fuera así, aún que llamativo, vestidos, con productos de la tienda. También encontramos una planta plateada, un podium de discoteca y unas columnas de diferentes alturas que decoran con desgracia el lugar. No logro hallar rastro de realidad en el sitio, ni en las figuras. Será, porqué no la hay. ¿Es decir que no existe? ¿Es algo irreal? O ¿Algo real lleno de irrealidades? ¿Como se consigue pues, una cosa así? I si es todo mentira, ¿Como es posible qué podamos comprar los productos que nos venden? Inexplicable.   

“¡La talla 38, me aprieta el chocho!” Bien. La frase queda clara. Todos lo entendemos. A la señorita que ha escrito esto, esa talla le estruja, algo difícil de estrujar. Eso, obviando la metáfora. El símil, creo, es que a una mayoría de mujeres del mundo, occidental claro está, las tallas grandes de la mayoría de tiendas de ropa, les van ceñidas; por decirlo con finura. Delgadez extrema se exhibe desde ya hace tiempo en las pasarelas y aparadores del mundo. En este planeta encontramos distintos mundos, y en algunos de ellos, estos conceptos no los conocen. Así pues no les preocupa lo mas mínimo y no, por ignorarlos, que también. Pero se ve que por aquí, empieza ya a tocarles las pelotas, algo curioso en las mujeres, que para poder comprarte los pantalones que te gustan, debas, pesar menos de 55 quilos. Quizás, por eso, hace ya tiempo que no me compro la ropa por gusto, sino por comodidad.      

No hay comentarios: