viernes, 14 de enero de 2011

Nunca.

-          ¡No puedo más! No debo, para mí salud, seguir así.
-          No te entiendo, no sé lo que dices.
-          Te digo: Que ya no te quiero. Lo entiendes ahora.
-          No, no. No entiendo nada, nada de nada.
-          Pues no es difícil. Entenderlo digo.
-          Pues, no lo entiendo y creo, que no lo quiero entender. Porqué ayer, todo estaba bien, y hoy, todo fatal. No me cabe en la cabeza. ¿Qué has soñado?
-          No es lo que sueño. Sino lo que ya no sueño. ¡No te quiero!
-          Pero es qué… ¿me has querido nunca?
-          … 

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