martes, 8 de junio de 2010

Disparos.

Un disparo
inoportuno y diurno,
como un parto,
espléndido y fantástico.

Una palabra,
salada y amarga.
Como un rasguño,
espada que empuño.

Muerte sincera
donde me espera...
Como un final
sombrío y terminal.

Disparos de palabras
bastas de destinos,
signos de toscos,
de lengua de rudos.

He supuesto que te marchas,
debo guardar las achas.

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