Soy agnóstico. Y si no fuera así, sería; Hernandiano. Creencia de lo que Miguel Hernández escribió. Hoy, Joan Manuel Serrat, lo canta con gran vocación, como si él, fuera su heraldo. No podría haber otro mejor.
Ayer noche, con un calor sofocante, en el anfiteatro del Teatro Grec, disfruté, del espectáculo audio visual, que el Nen del Pobla sec, había preparado basándose en la obra del poeta. Él, cantaba de forma magnifica la poesía y diferentes directores de cine, habían hecho, cortos sobre la misma. Comenzó con temas del último disco; Hijo de la luz y de la sombra, publicado a raíz del centenario del poeta, y siguió, mezclando temas del disco viejo; publicado el año 1.972 y titulado Miguel Hernández. El niño yuntero, Nanas de cebolla, dale que dale, del ay al ay por el ay, la palmera levantina… Todo muy emotivo, nostálgico y a la vez, como la poesía de Pastor de Orihuela, realmente contemporáneo. Los espectadores, en gran parte mayores de cincuenta, engullían la emoción derrochando aplausos al final de cada tema. Seguros, de que el siguiente iba a ser mejor. El colofón llegó, con la canción: Para la libertad. Las imágenes de la prensa de la transición con titulares esperanzadores proyectados, se fundían con la voz del cantante y los aplausos de un público entregado, en cada frase que aparecía de anhelo, hoy certeza. De allí al final, fueron sentimientos a flor de piel por parte de todos. Una despedida al cantautor, más que merecida y un beso a mi mujer, para finalizar tan bonito concierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario