
- -Ya no puedo más, estoy harta. Sin alzar lo más mínimo la voz. No consigo ni dormir a tu lado. No te aguanto. Eres un ser despreciable y los has sido toda la vida. Me tienes hasta el coño (sitio en el que no había estado desde hacía mucho). Por mi te puedes morir. Cómo el que habla del tiempo.
- No lo sabía, yo, creía que estábamos bien. Le murmuré.
- Pues, ya ves que no es así. Por mi parte, hace mucho tiempo, que ya no siento nada, quizás y solo; pena. No quiero pasar ni un minuto más a tu lado. No quiero tu compañía, para nada. Así que ya puedes marcharte.
Y me echo. Y me fui. Desde siempre me había reprochado ser un conformista en todas las facetas de mi vida. Y ahora, ya, ni eso le molestaba.
4 comentarios:
uh!
describiste perfecto cierto momento por el que todos odiamos haber pasado...
besos
Sólo puedo decir, que estoy totalmente de acuerdo con Lila!
Sonrisas
Vuelvo a comentar, para decir que me alegra el acuerdo con Pequeña.
;)
Conformidad total. Esto es, un mal trago de beber. Pero en fin, por lo que veo por aquí, todos felices. Mejor así. Un beso a las dos.
Publicar un comentario