Recuerdo de pequeño, que en una ocasión me regalaron un globo, de esos enormes, pintado con bonitos dibujos. Quizás no fuera tan grande pero yo, era más chico, y lo recuerdo inmenso. Al llevar helio flotaba, como un astronauta fuera de la atmósfera. En mi cuarto, parecía un planeta a su antojo. Al cabo de las semanas se fue deshinchando, perdido vuelo, arrugándose y los dibujos perdieron color. ¡Vaya desilusión la mía! Nunca jamás volvió a ser el mismo.
Unos días atrás, tomando un gin-tonic después de cenar en el restaurante de unos amigos, empezaron a entrar muchachos, de estos de hoy en día, modernos me refiero. Esos que tunuean su cuerpo igual que lo hacen con su coche. Muy musculados, con tatuajes en lugares que sean bien visibles. Repeinados. Re… depilados. Y supongo que llenos de cremitas para todo; hidratantes, bronceadoras, etc. Y de repente me acordé de mi globo. Como con el paso del tiempo, perdió todo mi interés, toda su belleza. Porqué en su interior, lo único que tenía, era algo volátil, aire.
4 comentarios:
JAJAJAJAJAJAJAJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Pequeña: Me alegra que te alegre. Y que valga una sonrisa, y si es una risa, mejor.
uf! totalmente!
globos solo para jugar un rato (aunque la verdad, ya aburren tambien... son solo para niñas...)
besotes
Lila: A veces pueden pincharse... Un saludo.
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