Por amor.

Tiene pinta de que hacía un día de perros. Como mínimo, de haber llovido durante unas horas, con bastante violencia. Pues el río, como se ve, viene revuelto. Y no solo revuelto sino, con un caudal bastante importante. La cascada amenaza poco optimismo para estos dos valientes. Pero ellos, intentan cruzar ayudándose uno del otro, y a saber de dónde vienen. Así, a primera vista, parece una selva, de Indonesia o Vietnam; quién sabe. El ruido que debe hacer el agua al chocar debe ser aterrador. Seguramente las palabras se pierden como la aliento río abajo.

Mi sospecha viene por culpa del paparazzi, las primeras hojas de la imagen, estas de la derecha, difuminadas por la cercanía, esclarecen, que el fotógrafo permanecía medio escondido. La conjetura es, que estos dos señores, personajes públicos de una cierta importancia en las revistas de papel cuche del lugar, iban, a escondidas, a dar un paseo. Un paso que bajo este tiempo, y teniendo que cruzar este río, no puede ser más que, un paseo por amor, amor secreto, amor homosexual, en según qué países ya sabéis, aún es pecado capital. Los dos, van vestidos bastante idóneamente para la ocasión, en la rúa del día del orgullo gay en Madrid, creo yo, no desentonarían. Los dos muy morenitos, con mini shorts, camisa blanca y pelo despreocupado. Se dan la mano como si estrujasen un lazo entre ellos. Y el de la derecha, sin lugar a dudas, nos da un convincente rayo de luz sobre su tendencia sexual. No hay hombre heterosexual en el planeta capaz, en estas circunstancias, de seguir aguantando el paraguas con tanto valor y estilo. La mayoría en la cual me incluyo, lo habríamos echado ya al agua. Él, parece Gene Kelly, en cantando bajo la lluvia. Así pues, viva los maricones y su valor para amar. Porque en el año 2.010 después de Cristo, hay países donde aún, esta clase de amor conlleva la pena de muerte, y matar a tu mujer no. Paradojas de eso tan bonito a lo que llaman: religiones.